lunes, 24 de julio de 2017

CAFÉ AMARGO

Las historias sobre Italia siempre tienen para mí un atractivo especial. Es un país maravilloso, de una belleza natural extraordinaria y cuenta con un patrimonio de obras de arte apabullante. A esta autora siciliana la descubrí con su primera novela, La mennulara, una historia original e interesante que retrataba de forma magistral el ambiente y las costumbres sicilianas, incluida la mafia.

En este Café amargo he encontrado una preciosa historia de amor enmarcada, como en todas las novelas de su autora, en su Sicilia natal, durante la primera mitad del siglo XX, con sus prejuicios, sus personajes pintorescos y, de forma especial, iluminando las personalidades de María y Giosué, los dos protagonistas junto con Pietro.

El trasfondo son las dos guerras mundiales y la repercusión que tuvieron en la vida de los habitantes de Palermo. Dos temas fundamentales, de primera importancia: la situación insoportable e inhumana de los mineros del azufre y la desastrosa y cruel actuación de Italia en la guerra con Etiopía en los años 30. Un detalle para mí muy relevante que se le ha olvidado a la autora consignar fue la matanza indiscriminada de civiles con gas mostaza que ya entonces estaba prohibido y la fumigación de las tierras cultivables con el mismo gas que las hizo improductivas por muchos años. Estos terribles hechos fueron alabados por Churchill y el papa Pío XI como una hazaña del gobierno italiano.

Sobre la historia de Italia quiero traer aquí el recuerdo de Los hijos, uno de los libros más interesantes que he leído, escrito por el periodista italoamericano Gay Talese.

Café amargo tiene además encantos especiales, su explícita sensualidad y el retrato minucioso de los decorados en las casas y jardines de la burguesía y la aristocracia del sur de Italia. Un placer su lectura.



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