jueves, 20 de junio de 2013

KIOTO

La literatura de Kawabata en Kioto es casi pictórica, las estaciones, los colores, los sonidos, las texturas de las telas, la nieve o la delicadeza estética de un juego de té, nos transportan a ese Japón de las tradiciones, donde la protagonista Chieko es una joven adoptada por Takichiro, un comerciante de telas, y Shigue, su mujer.
Cuando Chieko descubre que fue abandonada por sus padres y se encuentra con su hermana gemela, Naeko, el tema en manos de cualquier escritor que no fuera Kawabata fácilmente se convertiría en melodrama, pero él consigue una profundidad y complejidad estéticas que hacen fluir el relato al ritmo de las estaciones y nos trasmiten su belleza.
Este libro nos propone un acto no sólo de contemplación estética, en su más extenso significado sino también un acto de reflexión y de búsqueda de la identidad. Diseña exquisitamente el perfil de la naturaleza domesticada en Chieko, y en estado puro, la de los grandes árboles, las montañas, lo salvaje, en su hermana Naeko.
Para saborear lentamente una literatura que me ha recordado otro título espléndido de este autor, Lo bello y lo triste, más que recomendable.

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